Antes de explicar el funcionamiento de estos trámites y sus características, es importante dejar claro en qué consiste un testamento y cómo funciona.
¿En qué consiste un testamento?
El testamento es el documento por el que una persona cede sus bienes tras su muerte a un tercero. El testamento también puede utilizarse para dejar instrucciones específicas sobre cómo debe distribuirse su patrimonio. Por ejemplo, puede nombrar a un beneficiario de su póliza de seguro de vida y dar instrucciones a esa persona sobre la cantidad de bienes que debe recibir tras su muerte. El testamento también le ofrece la oportunidad de nombrar a alguien como albacea que se encargará de llevar a cabo los términos del testamento.
Para hacer un testamento válido, debe tener al menos 18 años, ser mentalmente competente y capaz de entender su contenido, y tener capacidad testamentaria. Es importante que se asegure de que sus últimas voluntades se lleven a cabo lo antes posible porque no hay garantía de que se cumplan si no las especifica por escrito.
Tipos de testamentos
Podemos distinguir varios tipos de testamento, pero los que más se suelen utilizar son el testamento ológrafo y el testamento abierto notarial.
- Testamento ológrafo: Este tipo de testamento se escribe totalmente a mano, y no se firma con testigos ni se eleva a escritura pública. La principal ventaja de este tipo de documento es que se puede redactar en cualquier momento y lugar.
- Testamento abierto notarial: Este tipo de documento lo firman al menos dos testigos antes de llevarlo ante un notario que se asegura de que todas las partes implicadas entienden lo que están firmando. Esto asegura que no habrá confusión sobre lo que ocurre después de la muerte si no hay familiares vivos que puedan impugnar sus deseos en los tribunales.
La herencia por testamento es una forma de sucesión que consiste en el reparto de los bienes después de la muerte. El testador puede realizar este reparto de dos maneras: distribuyendo sus bienes entre sus herederos o nombrándolos como tales.
Funcionamiento de la herencia con testamento
Cuando alguien fallece, quizá se pregunte cómo funciona la herencia con testamento.
En primer lugar, hablemos de lo que ocurre si no hay testamento. Si usted fallece sin testamento (también llamado muerte intestada), sus bienes se distribuyen de acuerdo con la ley estatal. En la mayoría de los estados, esto significa que sus bienes irán a parar a sus parientes vivos más cercanos -generalmente hijos, nietos, padres, hermanos, sobrinos y sus descendientes- en un orden de prioridad establecido por la ley estatal.
Si quiere especificar quién se queda con qué en su testamento, es importante que escriba quién debe recibir los bienes o el dinero que deja. Si no deja instrucciones específicas en su testamento sobre quién se queda con qué al morir, el estado tiene leyes que indican cómo se deben distribuir los bienes al morir.
El testamento no es sólo una oportunidad para que las personas expresen sus deseos sobre cómo debe distribuirse su patrimonio tras su fallecimiento; también les permite nombrar tutores para sus hijos menores de edad.
¿Cómo se solicita la herencia con testamento?
Para solicitar la herencia es necesario seguir una serie de pasos. Lo primero que debes hacer es solicitar una copia del testamento en la notaría en la que se llevó a cabo su firma. La copia deberá hacerla el interesado personalmente o una persona que esté autorizada.
Para que los bienes del fallecido pasen a ser propiedad de aquella persona que ha dejado en herencia será necesario presentar una serie de documentos entre los que podemos encontrar:
- DNI del heredero y de la persona fallecida
- Certificado de defunción
- Certificado de actos de última voluntad
- Copia del testamento
- Certificado de seguros de vida
- Certificados bancarios
- Escrituras de las propiedades
- Recibos de pagos del IBI