Siempre que se habla de un servicio fúnebre, lo más común es asociarlo con un servicio religioso tradicional. Aunque en nuestro país esta es la forma más extendida, es importante saber que no es la única solución disponible.
De hecho, existe la posibilidad de celebrar un funeral laico, también conocido como civil o no religioso, para aquellas personas que son ateos o no tienen una creencia religiosa concreta.
Antes de entrar en los detalles de este tipo de servicios, queremos indicar que los funerales religiosos y los laicos tienen muchos puntos en común a pesar de que se desarrollan de forma diferente y en lugares distintos: ambos responden a la necesidad de despedirse del difunto y de honrar la memoria de la persona fallecida. Por eso es fundamental poder elegir un servicio funerario acorde con las necesidades y deseos del fallecido y de la familia
Pero, ¿en qué consiste un funeral laico? ¿Cómo se lleva a cabo y cuáles son los elementos que afectan al coste final? Continua leyendo para saber más.
¿Qué es un funeral laico?
En resumen, el funeral laico es una ceremonia sin referencias religiosas. Es un servicio diseñado para conmemorar y despedir a la persona que nos ha dejado a través del recuerdo de momentos o etapas clave de su vida. Representa una opción para aquellos que son ateos o no religiosos.
La necesidad de celebrar funerales laicos apareció en Francia en el siglo XVIII y se consolidó en el siglo XIX.
¿Cómo funciona un funeral laico?
Los servicios laicos dejan mucha libertad en cuanto a la organización: los familiares y amigos pueden elegir que la ceremonia se desarrolle según los deseos precisos de su ser querido.
Para empezar, la celebración de este tipo de funciones no requiere ningún tipo de permiso. Lo único que debe respetarse son las voluntades y deseos del fallecido, las cuales este ha dejado recogidas en el testamento o que han sido comunicadas a los familiares antes de su fallecimiento.
A pesar de la falta de instrucciones y tradiciones precisas, he aquí una lista de pasos que caracterizan a este tipo de ceremonias:
- Música para acompañar la entrada del féretro (ataúd o urna);
- Saludo de bienvenida a los participantes;
- Elogio: compartir anécdotas o recuerdos de la vida, el carácter o los intereses del fallecido
- Lecturas de poemas, extractos de libros o canciones elegidas por los familiares para la ocasión o indicadas por parte del fallecido.
- Despedida: posible cierre del féretro y despedida final.
- Agradecimiento final a los participantes.
- Música de cierre y salida del ataúd de la sala
Toda la ceremonia aconfesional también puede ir acompañada de música o de la proyección de películas o fotografías conmemorativas.
Lugar de un funeral laico
Al igual que en los funerales religiosos, el féretro o la urna en el caso de la incineración pueden estar expuestos en la cámara mortuoria. En cuanto al lugar de la ceremonia laica, los familiares pueden optar por celebrarla en casa, en un salón reservado para esa ocasión, en una sala de hotel, al aire libre (jardines, parques, etc.).
En cuanto a los salones fúnebres, hay que decir que, además de los espacios puestos a disposición por el municipio, cada vez son más las funerarias que ofrecen locales dedicados a la celebración de este evento.
¿Quién dirige un funeral laico?
Un funeral civil puede ser dirigido por un oficiante profesional, un familiar o un amigo. El responsable será el encargado de dar la bienvenida a los participantes, hacer el panegírico y leer los textos seleccionados para la ocasión. También puede ofrecer palabras de consuelo y dar instrucciones sobre cualquier ofrenda o iniciativa conmemorativa deseada por los familiares.
En caso de que se elija a un celebrante ajeno a la familia, es aconsejable acordar de antemano las lecturas y la música, así como facilitar toda la información relevante sobre el fallecido.
Si necesitas más información o ayuda para llevar a cabo el funeral de un ser querido, consulta nuestras Funerarias de Asturias. Nuestro servicio de gestión funeraria está a tu disposición para ayudarte en estos duros momentos.